La importancia del saludo está en su valor simbólico. La forma en la que lo expresemos será interpretada como señal de proximidad, de afecto, de distancia, de acercamiento profesional o simplemente una formalidad de cortesía y buena educación. Cuando nos saludan, es de buenas costumbres responder al saludo como signo de amabilidad. El rechazo del saludo puede ser interpretado de manera ofensiva, como desatención, irritación o enfado.