
Permite jugar como Sonic Clásico o Moderno, cada uno con movimientos propios como Air Dash, Drop Dash y Spin Dash, ofreciendo una experiencia más fluida y veloz sin perder la esencia del juego original.
Incluye niveles rediseñados, nuevas músicas y paletas, enemigos inéditos (como Splats the Bunny) y funciona tanto en hardware real como en emuladores.
Una auténtica carta de amor a los 16 bits, que mezcla homenaje y reinvención con gran talento.

